Tambores de guerra en Israel


Parece claro que Israel está preparando otra nueva agresión contra Gaza. (Foto: Reuters)


Tariq Baconi

El viernes, un destacado miembro de la rama militar de HAMAS, Mazen Faqha, fue asesinado en la Franja de Gaza por unos pistoleros. Fue un tipo de asesinato que no se había visto en Gaza en los diez últimos años.

Faqha era un destacado miembro de las Brigadas Al Qasam de HAMAS en Cisjordania. En 2003, fue condenado a cadena perpetua en Israel por su papel en la planificación de unos ataques tras el asesinato del líder de Al Qasam Salah Shehadeh.

Posteriormente, Faqha salió de la cárcel como consecuencia del acuerdo de intercambio de presos que liberó al soldado israelí Gilad Shalit a cambio de 1.027 presos palestinos en 2011. Fue enviado a la Franja de Gaza por Israel, donde vivió hasta su muerte.

El momento y la forma de asesinar a Faqha plantea algunos interrogantes sobre la posibilidad de otra conflagración entre Israel y HAMAS en la Franja de Gaza. Los grupos palestinos del enclave creen unánimemente que Israel estuvo detrás del asesinato. Israel había acusado a Faqha de planear una serie de ataques en Cisjordania mientras residió en Gaza. Pero Tel Aviv no ha confirmado ni negado su participación.

Un momento crítico


HAMAS eligió recientemente a Yahya Sinwar como máximo líder en la Franja de Gaza. Sinwar es una figura militar de alto rango en el seno de la organización y es considerado como un ideólogo y miembro del ala dura. Al sustituir a Ismael Haniyeh, los analistas empezaron a hablar de un cambio en las esferas del poder dentro de HAMAS.

Se especuló con que el brazo militar de HAMAS y sus miembros en Gaza habían reforzado su influencia en la organización a expensas de los sectores aparentemente más pragmáticos y de su electorado.

Es prematuro pensar que la elección de Sinwar significa un desplazamiento de HAMAS hacia posturas más intransigentes. Por un lado, las elecciones en el interior del movimiento están todavía en curso. Ismael Haniyeh y Musa Abu Marzuk están compitiendo para reemplazar a Jalid Meshal. Pero al margen de quién sea elegido, lo más probable es que se continúe con la línea de compromisos diplomáticos de Meshal.

HAMAS sigue funcionando con el sistema consultivo de la Shura, que garantiza que exista un equilibrio entre moderados e intransigentes. Además, HAMAS ha estado promoviendo activamente las especulaciones sobre la inminente publicación de unos estatutos actualizados. Al parecer, este documento conllevaría la aceptación de las fronteras de 1967, pero sin reconocer al estado de Israel.

No es algo nuevo


Sin embargo, este gesto —y el mero hecho de revisar los estatutos— puede ser interpretado como un importante indicio de que HAMAS está cambiando de orientación. Pero no puede desestimarse que Sinwar es un ideólogo intransigente. Para muchos que le conocen y que han colaborado con él, se trata de un estratega calculador y un pensador pragmático.

Es muy probable que Sinwar sea el líder que conduzca a la rama militar de HAMAS hacia una estrategia calculada para alcanzar los objetivos políticos del movimiento, y no la figura que busque enfrentamientos estériles con Israel. La mejora de las relaciones con Egipto y la perspectiva de restablecer los lazos con Irán tras la elección de Sinwar indican que, con el nuevo liderazgo, HAMAS no desea en Gaza grandes operaciones que pudieran socavar esta trayectoria.

Esto no significa que no pueda ocurrir una nueva conflagración. El rango de Faqha justificaría las represalias y HAMAS podría responder para mantener su legitimidad entre sus electores. Al mismo tiempo, la oscura forma en la que fue asesinado Faqha ofrece a HAMAS cierta flexibilidad a la hora de decidir cómo, cuándo y si tomar represalias.

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HAMAS sobre la solución de los dos estados y los nuevos estatutos.



Dados los orígenes de Faqha, las represalias podrían proceder de Cisjordania y no de la Franja de Gaza. Así mismo, HAMAS podría optar por centrarse en la lucha contra los colaboradores con Israel, que supuestamente hicieron posible el atentado y que representan un claro agujero en la seguridad dentro de la organización.

La renuencia de HAMAS a una escalada de la violencia no es compartida por Israel. Fuera responsable o no del asesinato de Faqha, el gobierno israelí ha estado amenazando activamente el alto el fuego que se estableció tras el fin de la agresión de 2014 contra Gaza.

Las medidas para aliviar el bloqueo de Gaza acordadas en aquella negociación del alto el fuego no se han puesto en práctica en su totalidad. Aunque algunos aspectos del bloqueo se han atenuado, el número de gazatíes que han podido cruzar la frontera para entrar o salir de Gaza se ha reducido.

El recién publicado informe del interventor del estado, que investiga las acciones de Israel en Gaza en 2014, ha ofrecido una mordaz evaluación del comportamiento del país en la guerra. Ha destacado la ausencia de una estrategia israelí con respecto a Gaza, la inexistencia de esfuerzos para evitar la guerra y la falta de preparación del estado judío para abordar el inminente colapso de Gaza en una catástrofe humanitaria.

El planteamiento de Israel hacia Gaza sigue siendo peligroso y reaccionario, basado en el castigo colectivo de dos millones de palestinos. A pesar de las advertencias del establishment militar israelí acerca de la necesidad de estabilizar Gaza o de buscar un arreglo con HAMAS, los políticos israelíes siguen empeñados en la política de “segar la hierba bajo los pies”.

En lugar de levantar el bloqueo del territorio, los políticos israelíes desarrollan guerras intermitentes para mantener a Gaza aislada y derrotada. Al igual que en los meses anteriores a la agresión de 2014, los tambores de guerra israelíes se están volviendo cada vez más ruidosos. El mes pasado, Israel arrestó a Rafat Nasif, un destacado miembro de HAMAS, en Cisjordania, con la evidente finalidad de presionar al movimiento para que aceptara negociar un intercambio de prisioneros.

Los proyectiles lanzados desde Gaza en respuesta a estas provocaciones son considerados como actos hostiles que requieren de actos de “autodefensa” israelí. HAMAS no ha asumido responsabilidad alguna por el lanzamiento de estos proyectiles y ha tomado importantes medidas para evitarlos. No obstante, en los últimos meses, Israel ha respondido con ferocidad creciente y con más provocaciones. Avigdor Lieberman, ministro de defensa israelí, ha afirmado que habrá con seguridad otra guerra con Gaza.

Aunque una escalada no beneficiaría a HAMAS en estos momentos, no puede decirse lo mismo de Israel. El primer ministro Benjamín Netanyahu está teniendo problemas legales y políticos y, además, ultraderechistas como Naftalí Bennett están adquiriendo un mayor protagonismo.


El planteamiento de Israel hacia Gaza sigue siendo peligroso y reaccionario, basado en el castigo colectivo de dos millones de palestinos. (Foto: Ibrahim Abu Mustafá / Reuters)


Una demostración de fuerza en la Franja de Gaza rebajaría las presiones de algunos críticos de Netanyahu y desviaría su insistencia en poner en marcha políticas anexionistas en Cisjordania. Estos llamamientos a la anexión han aumentado desde que un amistoso presidente ocupa la Casa Blanca.

Una nueva agresión a Gaza permitiría a los políticos israelíes probar el alcance del apoyo del gobierno Trump a las operaciones militares israelíes en el enclave, así como en sus fronteras septentrionales. También podría servir para esclarecer las consecuencias de la reciente elección de Sinwar en HAMAS y obligar al brazo militar de la organización a ser menos estratégico y más reaccionario.

Las acciones militares israelíes darían al traste con cualquier reorientación dentro de HAMAS, como la revisión actual de los estatutos o cualesquiera otras decisiones que desarrollaran un mayor pragmatismo de la organización, una profecía autocumplida que permitiría a Israel seguir justificando su bloqueo de la Franja de Gaza.

“Segar la hierba bajo los pies” no es un mero eufemismo. Está claro que Israel está preparándose para una nueva agresión contra la Franja de Gaza. Esto sería catastrófico para los gazatíes. Solo el levantamiento del bloqueo y un enfoque no militarista de la cuestión serían capaces de terminar con este ciclo de violencia, que parece estar asomando nuevamente su fea cabeza.



Tariq Baconi es profesor invitado de Al Shabaka, una red palestina de investigación política. Su libro Hamas: The Politics of Resistance, Entrenchment in Gaza será publicado próximamente por Stanford University Press.

Fuente: Gaza: Israel’s war drums are getting louder, Al Yazira, 28/03/2017

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

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