La política penitenciaria de Israel con los palestinos es cruel y viola el derecho internacional

Amnistía Internacional ha condenado la política penitenciaria israelí con los presos palestinos como “cruel” y una violación del derecho internacional



Hay más de 6.500 palestinos presos en cárceles israelíes. (Foto: AFP)


Desde hace décadas, la política de Israel de encerrar a palestinos de Cisjordania y Gaza en cárceles israelíes, privándoles de las visitas de sus familiares, es “cruel” y una violación del derecho internacional, según Amnistía Internacional.

Actualmente, hay 6.500 presos palestinos, entre ellos 300 niños, encerrados en prisiones y centros de detención israelíes. La mayoría están detenidos por razones relacionadas con la seguridad y son considerados presos políticos por los palestinos.

“La inhumana política israelí de mantener a presos de los Territorios Ocupados Palestinos en prisiones situadas en Israel es una flagrante violación de la Cuarta Convención de Ginebra”, ha dicho Magdalena Mugrabi, directora regional adjunta para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional.

“Las autoridades israelíes deben dejar de imponer restricciones excesivas de los derechos de visitas como forma de castigo a los presos y a sus familias, y garantizar que las condiciones cumplen plenamente con las normas internacionales”.

Las declaraciones de Amnistía Internacional se han producido en un momento en que los presos palestinos se preparan para llevar a cabo una huelga de hambre masiva la semana próxima [esta semana, N. del T.], haciéndola coincidir con el Día del Preso Palestino, el 17 de abril. La huelga de hambre ha sido anunciada por el líder de Fatah preso Marwan Barguti, de quien se dice que sucederá a Mahmud Abás como presidente.

Varios partidos políticos palestinos han expresado su apoyo a la huelga de hambre y exigen el fin de las restricciones israelíes respecto a las visitas y los contactos de los familiares con los presos. En estos momentos, hay 13 miembros del Consejo Legislativo Palestino —el parlamento palestino— presos en cárceles israelíes.

Desde la ocupación de Cisjordania y Gaza por Israel en 1967, alrededor de 700.000 palestinos han sido encarcelados, según el grupo de derechos humanos Addameer, lo que representa el 40 por ciento de la población masculina. Todas las familias palestinas de esos territorios conocen a alguien que ha sido detenido y los presos son considerados héroes nacionales que se sacrifican por la lucha palestina.

Los presos palestinos son privados con frecuencia de las visitas de sus familiares durante meses y, a veces, años. Según el derecho internacional humanitario, los detenidos de un territorio ocupado deben permanecer en el territorio ocupado y no en el de la potencia ocupante. Además, tienen derecho a recibir visitas de sus familiares.

De los 6.500 presos, al menos 500 están sometidos al régimen de “detención administrativa”, sin cargos ni juicio, una medida que tiene sus orígenes en el Mandato Británico.[1] Los presos en “detención administrativa” no son informados sobre los motivos de su arresto.

“Nos están castigando, están tratando de rompernos”


Un preso sometido a detención administrativa, Ahmed, dijo a Amnistía Internacional que se unirá a la huelga de hambre para exigir a las autoridades que permitan que su anciana madre le visite. Solo ha recibido una visita familiar durante los cinco años y medio que lleva en cárceles israelíes.

“Nadie puede visitarme, mi madre es sexagenaria y no le conceden permiso para visitarme por razones de seguridad. […] No sé cuándo me pondrán en libertad o cuánto tiempo estaré en prisión. Lo único que quiero es ver a mi familia”, dijo.

“Las autoridades israelíes están utilizando los permisos para castigarme […] No sé cuánto tiempo ha pasado desde que vi por última vez a mi madre, ni si podré verla de nuevo, ni cuándo me pondrán en libertad”.

De acuerdo con el Reglamento del Servicio Penitenciario de Israel, los presos tienen derecho a recibir visitas de familiares una vez cada dos semanas. Esto sucede en raras ocasiones, pues los palestinos de los territorios ocupados necesitan un permiso de entrada a Israel.

Todo es todavía mucho más difícil para los presos de Gaza. Hay alrededor de 365 gazatíes en las cárceles de Israel. A Nayat al Aga, de 67 años y natural de Jan Yunis, Gaza, le han negado sistemáticamente el permiso para salir del territorio sitiado. Su hijo está en una cárcel israelí del desierto del Neguev.

“No sé por qué me niegan el permiso. Tengo 67 años. ¿Qué amenaza represento para Israel? Todo lo que quiero es ver a mi hijo y asegurarme de que está bien. No sé cuánto tiempo viviré. Cualquier visita puede ser la última. Tengo miedo de morir sin verle”, dijo.

Desde 1969, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se encarga de facilitar las visitas de los familiares de los presos de Cisjordania y Gaza, sin ningún apoyo financiero ni logístico de Israel. Los familiares solicitan los permisos a través del CICR y dependen de esta organización para trasladarse hasta las cárceles.

Para los residentes de Cisjordania, el viaje hasta las cárceles puede ser una experiencia agotadora. Aunque las distancias son cortas, pueden pasar en las carreteras entre ocho y quince horas, dependiendo del destino. En el trayecto son sometidos a registros corporales y de sus pertenencias, dice Addameer.

Reham (que no es su nombre real) dijo a Amnistía Internacional que la incertidumbre que supone esperar la concesión de los permisos de visita representa una fuerte presión para la familia. Desde octubre de 2016, le han negado una y otra vez el permiso por razones de seguridad. Cuando murió su madre, a su hermano no le permitieron asistir al funeral.

“Las autoridades israelíes juegan con nuestros sentimientos, nos torturan y nos castigan”, dijo Reham.

“Tratan de rompernos, de agotarnos, de que no queramos visitar a nuestros familiares presos debido a las humillaciones, los cacheos, los abusos y los insultos que nos propinan los soldados y los guardias de las prisiones”.

Fuente: Israel’s decades-long ‘cruel’ policies against Palestinian prison, The New Arab, 14/04/2017

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)


  1. Además, los periodos de detención administrativa, que son de seis meses, pueden ser prorrogados indefinidamente sin formular acusaciones ni razones para ello. En algunos casos, los presos “administrativos” han pasado años en prisión en estas condiciones de indefensión y encarcelamiento arbitrario. N. del T.  ↩

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