Informarse bien sobre Siria



Los acontecimientos y la guerra de Siria están representando un verdadero incendio en los círculos de la izquierda, con gravísimas acusaciones cruzadas entre los defensores de Asad y su régimen y quienes se oponen al mismo. Algún día aportaré mi granito de arena, o mi cerilla, vaya usted a saber, al debate.

Pero lo más importante, desde mi punto de vista, es informarse bien de lo que está pasando en ese país. Lo que no puede ser es que algunos den por hecho, por ejemplo, que las fuerzas de Asad están bombardeando a la población civil y otros lo nieguen rotundamente. La verdad de los hechos, la humilde verdad de los hechos, es la única verdad sagrada a la que todos deberíamos rendirnos y rendir nuestras armas. Ningún debate es posible o puede ser fructífero si unos tienen unos “hechos” y otros tienen otros “hechos”. Por eso debemos esforzarnos por sacar a la luz la verdad de los hechos, siendo críticos con las fuentes partidarias, contrastando informaciones, comprobando cuáles son desmentidas y cuáles no lo son, qué es lo que dicen nuestras fuentes más dignas de crédito… y utilizando el sentido común, ese que proviene (o debería provenir) de experiencias pasadas, de verdades de hecho pasadas.

Algunas verdades de hecho del pasado son incontrovertibles. Por ejemplo, el régimen de Asad antes de la guerra era un régimen autoritario y represivo, se pongan como se pongan sus actuales defensores. Los yihadistas de todo pelaje son fascistas, los apoyen quienes los apoyen, sean Erdogan u Obama. Hasta donde las informaciones contrastables permiten concluir, los demócratas movilizados contra el régimen de Asad son una exigua minoría sin ninguna influencia sobre el curso de los acontecimientos, se pongan como se pongan los “revolucionarios” que hablan de una “revolución” en Siria contra el régimen asadista. Otro día seguiremos con esta línea de argumentación.

Lo que ahora me interesaba destacar es que parece que el gobierno de Damasco, tras su victoria sobre los yihadistas en Alepo, está favoreciendo la recuperación de la vida cotidiana en la ciudad, la vuelta a las escuelas, la vuelta de los desplazados y la vuelta de la actividad económica. Y si esto es realmente así, estaríamos ante una buena razón para, en primer lugar, seguir buscando el fin de la guerra y, en segundo lugar, dejar de hablar de una “revolución” inexistente, señalando que entre los yihadistas (mal mayor) y Asad (mal menor) hay una diferencia que no se puede ignorar (como la había entre el “eje” nazi y los “aliados” en la última gran guerra mundial).

Muy interesante es, también, la noticia de que EEUU utilizó, de alguna forma, al Estado Islámico (ISIS) para debilitar a Asad, al que consideraba su principal enemigo. Esto es lo que se deduce de unas declaraciones de John Kerry realizadas en el curso de una reunión con opositores al régimen. Kerry esperaba que el ISIS consiguiera derribar a Bashar al Asad.

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