Vender muerte: Armas estadounidenses matan a un niño yemení cada diez minutos

 

 

Medea Benjamin

Mientras el mundo se ha quedado atrapado en la tragedia épica de Siria, otra tragedia, esta oculta, está llevándose las vidas de los niños de Yemen.

Maltrecho por los males gemelos de la guerra y el hambre, en Yemen un niño muere cada diez minutos por desnutrición, diarrea o infecciones respiratorias. Son datos de UNICEF. Y si no reciben atención médica inmediata, más de 400.000 niños que sufren de desnutrición severa pueden morir también.

¿Por qué hay en Yemen tanto hambre y mueren tantos niños?

Desde 2014, Yemen está siendo destrozado por una guerra civil, una guerra que ha sido exacerbada por la intervención de Arabia Saudí, un país aliado de EEUU. Desde 2015, los saudíes han estado machacando a este país, el más pobre de Oriente Medio, con bombas de racimo y otros explosivos.

Y EEUU les ha ayudado vendiéndoles armamento avanzado y proporcionándoles inteligencia y apoyo logístico.

En estos dos años de bombardeos, han matado a miles de yemeníes inocentes y han provocado una grave crisis humanitaria. Yemen, un país desértico, importa el 90 por ciento de los alimentos. Pero gracias al bloqueo naval saudí y a los bombardeos del principal puerto del país, las importaciones se han esfumado.

La escasez subsiguiente ha hecho que los precios de los alimentos suban meteóricamente. Mientras tanto, la guerra ha dejado a millones de personas sin trabajo y desplazadas. Incapaces de comprar comida por sus elevados precios, dependen de la ayuda humanitaria para su supervivencia.

La ONU y las organizaciones civiles de socorro se han movilizado para responder a la crisis, pero son 18,8 millones de personas —de una población total de 25 millones— las que necesitan ayuda. La situación empeora a medida que la guerra se prolonga y el frío del invierno hace su aparición.

Por otra parte, la agencia de la ONU para los refugiados ha recibido menos de la mitad del dinero que necesita.

El sistema sanitario del país está al borde del colapso. No más de una tercera parte de la población yemení recibe atención médica y solo la mitad de las instalaciones sanitarias son funcionales. Enfermedades como el cólera y el sarampión se están propagando y cobrándose un alto precio en las vidas de los niños.

La única forma de poner fin a la crisis humanitaria es terminar con el conflicto. Y eso pasa por ejercer una mayor presión en favor de una solución política y el establecimiento de un alto el fuego inmediato. Mientras eso no suceda, EEUU debería detener su apoyo militar al régimen saudí.

A pesar de la naturaleza represiva del régimen saudí, los gobiernos de EEUU han apoyado a Riad diplomática y militarmente. Solo con Obama, las ventas de armas a los saudíes han alcanzado unos escalofriantes 115.000 millones de dólares.

Preocupada por el elevado número de víctimas civiles, la Casa Blanca tomó el 12 de diciembre la extraña decisión de detener la venta de 16.000 kits de municiones guiadas. Este es un gran paso adelante, pero representa solo una pequeña parte de las ventas totales de armas de EEUU al régimen saudí.

De hecho, al mismo tiempo que la Casa Blanca anunciaba el bloqueo de ese acuerdo de 350 millones de dólares, el Departamento de Estado reveló la existencia de planes para vender 48 helicópteros Chinook y otros equipos por un valor diez veces superior.

Además, el próximo gobierno de Trump podría restablecer todas las ventas. Esta es la razón por la que es importante que el Congreso, que tiene autoridad para bloquear las ventas de armas, pero rara vez lo ha hecho, dé un paso adelante y tome una postura.

No se debería permitir jamás la venta de armas a un régimen represivo. Y hoy, cuando esas armas están sirviendo para matar a un niño yemení cada diez minutos, esas ventas son simplemente impugnables. El momento de detenerlas es ahora.

Medea Benjamin es cofundadora del grupo pacifista CODEPINK y de la organización de derechos humanos Global Exchange. Puedes seguirle en twitter: @MedeaBenjamin.

Este artículo fue publicado originalmente en “Selling Death: US Weapons Kill a Yemeni Child Every 10 Minutes”, CounterPunch, 30/12/2016

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

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