Fidel y el fin de una Era
Lo del autoritarismo es aún más complejo. Claramente Cuba no es una dictadura, o por lo menos aquellos que hemos conocido dictaduras sabemos que no es así. Y Fidel no fue un dictador. Los cubanos se quejan, critican, protestan. Al mismo tiempo, no hay posibilidad de organizarse para incidir políticamente. Pero también todos, hasta los norteamericanos, admiten que la amplia mayoría de los cubanos apoya la Revolución. Y el Primer Congreso del PCC fue un ejemplo para todo el mundo: toda la población fue convocada para participar, enviar críticas y sugerencias, que luego fueron volcadas en el Congreso. Lo que se aprobó por ahí no fue, en todos los casos, algo con lo que yo coincida, pero el nivel de participación popular fue como en ningún lado del mundo a través de la historia.
Es cierto que la seguridad del Estado es una presencia, discreta pero constante. Al igual que es cierto que hubo más de 600 intentos de asesinar a Fidel, y que Cuba sufre permanentemente la agresión y desestabilización de los Estados Unidos. Lo ideal sería que no hubiera organismos de seguridad del estado. Pero también lo ideal es que la revolución fuera mundial y que Estados Unidos no fuera una bestia capitalista.
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