¿Por qué preocupa Irán a Occidente?

Mark H. Gaffney

Publicado originalmente en: Behind the Deepening Crisis with Iran: the Real Story Versus the Cover Story, Foreign Policy Journal, 7/01/2012



Recientemente, el presidente de EEUU Barack Obama impuso nuevas sanciones a Irán que, según ciertas informaciones, han sido muy efectivas, causando una repentina e importante devaluación de la moneda iraní. Los iraníes comprenden correctamente que están siendo atacados y han amenazado con responder cerrando el estrecho de Ormuz, por donde circula una gran parte del petróleo de Oriente Medio hacia el resto del mundo.

Si la crisis se profundiza y Teherán cumple su amenaza de cerrar el estrecho de Ormuz, hay pocas dudas de que EEUU intervendrá para conseguir la reapertura del mismo. Esto conduciría a una guerra abierta, de la que se responsabilizará a Irán, a pesar de que las recientes sanciones de EEUU equivalen a una agresión abierta.

Creo que EEUU explotará la situación de atacar las instalaciones nucleares de Irán. Pero, lo que es aún más importante, también creo que perseguirá destruir los misiles convencionales iraníes. De hecho, creo que esta es la primera razón de la imposición de las sanciones, y de la acumulación de tensiones en los últimos días. A pesar de las percepciones públicas y toda la retórica sobre lo nuclear, la crisis actual no tiene nada que ver con el presunto programa iraní de fabricación de armas nucleares. En mi opinión, esto es una tapadera.

El problema real es el hecho de que Irán ha mejorado sus misiles convencionales de alcance medio con tecnología GPS, haciendo que estos sean mucho más precisos. Esto significa que Irán puede ahora atacar los arsenales israelíes de armas nucleares, biológicas y químicas, así como el reactor nuclear de Dimona, situado en el desierto de Néguev.

En pocas palabras, Irán ha logrado dotarse de un elemento de disuasión convencional frente a Israel. Por consiguiente, las declaraciones de las autoridades iraníes acerca de que no tienen un programa de armas nucleares son, en mi opinión, probablemente ciertas. En la actualidad, Irán no necesita armas nucleares para disuadir a Israel. Le basta con sus misiles de alcance medio guiados por GPS. Sin la menor duda, a los israelíes les están rechinando los dientes, ya que se ven amenazados por sus propios arsenales de armas de destrucción masiva y sus reactores nucleares, especialmente el de Dimona, todos los cuales se han convertido en posibles objetivos.

Unos pocos golpes directos de Irán podrían causar una nube tóxica, matando a miles de israelíes. Aún peor, podrían señalar el final del estado judío.

Es importante darse cuenta de que Irán nunca lanzará un ataque preventivo contra Israel, pues los iraníes saben que la respuesta del estado hebreo y EEUU sería devastadora. Sin embargo, si Irán es atacada primero, todo es posible. Irán se defenderá. No puede descartarse un contraataque contra Israel, ya que los líderes iraníes comprenden perfectamente —aunque los norteamericanos no— que la crisis ha sido pergeñada en nombre de Israel.

Desde el punto de vista israelí, el actual poder disuasorio iraní, aunque convencional, es simplemente inaceptable. Los estrategas militares de Israel han insistido siempre en la libertad total de acción. Esta es la razón por la que Israel rechazó hace años una propuesta estadounidense para firmar un pacto de defensa con EEUU. Un tratado de esas características habría limitado la libertad de acción de Israel, y esto era inaceptable. Los líderes israelíes prefirieron seguir siendo independientes. Israel siempre ha insistido en la "libertad" para intimidar a sus vecinos cuándo y cómo desee. Los misiles convencionales de Irán limitan ahora esa "libertad". Por ejemplo, a las autoridades israelíes probablemente les preocupa que los misiles convencionales de Irán puedan limitar su libertad para atacar a Hezbolá en Líbano, pues Hezbolá es un aliado de Teherán.

Creo que la actual crisis ha sido fabricada para crear el pretexto para una campaña aérea de EEUU, dirigida a destruir los misiles convencionales de Irán. Estados Unidos también perseguirá destruir las instalaciones nucleares iraníes, pero el objetivo principal será los misiles convencionales. Washington hará la puja de Israel. El recluta sionista da órdenes al general norteamericano.

Evidentemente, no se puede conseguir apoyo público para una campaña de bombardeos de esa clase, es decir, llevada a cabo en nombre de Israel. De ahí la tapadera de las armas nucleares y la supuesta amenaza iraní de borrar a Israel del mapa, todo lo cual es falso, pero muy efectivo como propaganda.

El problema de EEUU es que no será fácil destruir el poder disuasorio convencional iraní. En realidad, será más difícil que destruir sus instalaciones nucleares. Probablemente, los misiles convencionales iraníes estarán repartidos por todo el territorio. Si son atacados, quedará al descubierto cuál es el objetivo de la campaña aérea, al menos para los dirigentes iraníes. Enfrentados con la perspectiva de perder su poder disuasorio, los mulás podrían decidir lanzar sus misiles convencionales. Si lo hacen y dan en el blanco de algunos arsenales de armas nucleares, biológicas y químicas de Israel, el desastre provocará la respuesta israelí. Israel podría, incluso, recurrir a la Opción Sansón y atacar a Irán con armas nucleares. Es imposible describir con palabras la horrible escalada que supondría esa decisión. Pero, lamentablemente, todo es posible.

En los primeros compases de la guerra, las fuerzas navales norteamericanas estacionadas en el Golfo también podrían ser atacadas. No nos equivoquemos, Irán tiene suficientes misiles crucero para representar una grave amenaza a la presencia naval de EEUU en el Golfo. Miles de marineros norteamericanos están ahora en peligro.

Debemos unirnos para impedir esta guerra. Los pacifistas debemos organizar ahora todos los recursos que tenemos en favor de la paz. El pueblo estadounidense tiene que saber la verdad. Esta es una crisis fraudulenta. Pero el peligro es muy real. Es el momento de hablar con todas nuestras fuerzas. Mañana puede que sea demasiado tarde.


Mark H. Gaffney es el autor de The 9/11 Mystery Plane and the Vanishing of America (2008). Su próximo libro, Black 9/11 saldrá a la luz este año. Las personas críticas con el 11-S pueden tomar contacto con Mark en markhgaffney@earthlink.net. Leer más artículos de Mark H. Gaffney.

Traducción: Javier Villate

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