El Consejo Nacional de Transición libio aprueba leyes electorales antidemocráticas

Will Morrow

Publicado originalmente en: Libya: TNC releases anti-democratic draft electoral laws, World Socialist Web Site, 13/01/2012


El autodesignado Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia ha hecho público la semana pasada los proyectos de ley que regirán las elecciones al Congreso Nacional General, programadas para finales de este año.

Se supone que el congreso elegirá, a su vez, al nuevo gobierno que haya de reemplazar al CNT y redactar una nueva constitución, que será sometida a referéndum. Las leyes electorales, profundamente antidemocráticas, dejan claro que el nuevo gobierno será cuidadosamente controlado por EEUU y las potencias imperialistas europeas, tal como lo fue el mismo CNT, y representarán a las diferentes elites regionales y tribales, en oposición a los intereses del pueblo libio.

La legislación en proyecto contiene disposiciones que impiden que las personas se nominen a sí mismas como candidatos al congreso. Los trabajadores libios son excluidos mediante el requerimiento de que los candidatos deben tener una "cualificación profesional". Prácticamente todos los que trabajaron en cualquier nivel del gobierno de Muamar Gadafi quedan igualmente fuera, a menos que puedan demostrar que "apoyaron la revolución del 17 de Febrero desde su inicio y con claridad". Quienes tuvieron un grado académico en la "Tercera Teoría Universal" de Gadafi o en el Libro Verde —lo cual era exigido en el régimen anterior para que la gente pudiera avanzar en sus carreras— tampoco son elegibles.

Otras leyes descalifican, al parecer, a las personas que supuestamente se beneficiaron económicamente del régimen o recibieron diplomas o grados universitarios "sin mérito". Masaud El Kanuni, un abogado libio especializado en derecho constitucional, dijo al WALL STREET JOURNAL: "Ese criterio podría ser utilizado contra tres cuartas partes del país, ¿Cómo vamos a avanzar en la reconciliación nacional si tantas personas son excluidas del futuro [del país]?".

Las leyes electorales subrayan el carácter fraudulento de los esfuerzos dirigidos a dar un barniz democrático a la intervención de la OTAN. Desde el principio, EEUU y las potencias europeas buscaron derrocar el régimen de Gadafi e instalar un gobierno dócil para asegurarse el control de las lucrativas reservas petrolíferas del país y reforzar su posición geoestratégica en el Norte de África.

El Consejo Nacional de Transición está compuesto de exmiembros del régimen de Gadafi, elementos islamistas, agentes de la CIA y líderes tribales. El 17 de diciembre, un corresponsal del GUARDIAN en Trípoli informó lo siguiente: "El CNT se niega a decir quiénes son sus miembros, ni siquiera cuántos son. Aunque se designó un gabinete el mes pasado, las decisiones políticas son tomadas dentro de una especie de caja negra. Las reuniones se celebran en secreto, las actas de las votaciones no se publican, y las decisiones son anunciadas por irregulares emisiones televisivas. El anuncio de la semana pasada fue característico: sin previo aviso, se informó de que los ministerios del Petróleo y Economía se trasladaron a Bengasi, y el de Finanzas, a Misrata".

Este tipo de decisiones siembran las semillas que una posterior fragmentación de Libia, cuando las camarillas regionales y tribales luchen por el poder y el control de la riqueza del país.

Diferentes milicias que actuaron como fuerzas vicarias de la OTAN durante la campaña de cambio de régimen se han repartido Trípoli en zonas de influencia. Los controles militares separan a las milicias de Libia oriental, Misrata, Zintan y diferentes minorías étnicas, como los bereberes, enarbolando cada uno de estos grupos su propia bandera en las áreas que controlan. Las milicias islamistas, incluyendo la dirigida por el exaliado de Al Qaeda Abdel Hakim Belhaj, que reivindica su autoridad sobre Trípoli, son también importantes. En las últimas semanas, han estallado enfrentamientos armados entre milicias, como uno habido el 3 de enero, que se cobró la vida de cuatro personas.

El CNT ha intentado sin éxito convencer a las milicias para que se integren en el denominado Ejército Nacional Libio. Este es poco más que otra milicia, compuesta por unos 200 combatientes del este de Libia. Según el NEW YORK TIMES, el agente de la CIA Jalifa Hitler se ha convertido recientemente en "el oficial más influyente del ejército", aunque Yusef Al Manqush, comandante retirado en 1999 del ejército de Gadafi, es el máximo jefe del mismo.

Las milicias funcionan como grupos de estilo mafioso. El 10 de diciembre tuvo lugar un incidente revelador, cuando tropas del Ejército Nacional Libio no consiguieron capturar el aeropuerto de Trípoli, que estaba en manos de una milicia procedente de la pequeña ciudad occidental de Zintan. La milicia está ansiosa de controlar el aeropuerto, pues eso le aseguraría un buen bocado de los miles de millones de dólares del estado de Gadafi previamente congelados. "El valioso botín en perspectiva es una partida de varios miles de millones de dinares, impresos en Alemania, que deben volar a Libia a bordo de cinco aviones de transporte", explicó el GUARDIAN. "Quien controle el aeropuerto cuando llegue el cargamento, podrá imponer una elevada tasa en concepto de seguridad por su traslado al banco central del país".

Los choques entre milicias que se vienen produciendo pueden proporcionar al CNT una excusa para posponer las elecciones al Congreso Nacional General, previstas para julio, y la subsiguiente votación de la nueva constitución en 2013. El 3 de enero, el presidente del CNT, Mustafá Abdul Yalil, declaró que existía el riesgo de que la violencia desembocara en una guerra civil: "Si no hay seguridad, no habrá ley, ni desarrollo ni elecciones".

Las maniobras por el control del petróleo libio siguen produciéndose entre bambalinas. Trípoli y Bengasi son sendas marañas de intrigas, acompañadas de la competencia entre las potencias imperialistas rivales por obtener contratos.

BLOOMBERG publicó la semana pasada un artículo titulado "Italia, el último de los amigos de Libia que busca concesiones petrolíferas". Daba la bienvenida a unas declaraciones de Ali Tarhouni, que fue ministro de Petróleo y Finanzas del CNT entre marzo y noviembre del año pasado. Tarhouni dijo que EEUU y Francia no estaban apareciendo como "alguien que está básicamente aprovechándose" de la situación, sino que están "actuando correctamente", mientras que Italia "se tomará su tiempo para ingeniárselas". El exministro clasificó a los "amigos" de Libia en el siguiente orden: Francia, EEUU, Gran Bretaña e Italia. "Estamos en deuda con Francia, y no puedo encontrar las palabras adecuadas para expresarlo", declaró. "Si seguimos así, naturalmente recordaremos a nuestros amigos".

Sin embargo, el actual ministro del Petróleo del CNT, Abdul-Rahman Ben Yezza es un antiguo ejecutivo de la corporación italiana ENI, que fue la compañía petrolera extranjera más importante en el régimen de Gadafi. El primer ministro Abdel Rahim Al Kib hizo unas declaraciones a finales de diciembre en las que decía que "los contratos firmados entre ENI y el antiguo régimen serán revisados y examinados para asegurarnos que satisfacen los intereses de Libia antes de ser renovados", y añadió que ENI tenía que demostrar su lealtad a Libia "jugando un importante papel en la reconstrucción de las ciudades destruidas por las fuerzas de Gadafi". Al parecer, Yezza tomó parte en las discusiones que posteriormente dieron lugar a que Kib desautorizara sus críticas a ENI e insistiera en que sus comentarios sobre la revisión de los contratos petrolíferos habían sido malinterpretados.

Traducción: Javier Villate

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