Cárcel secreta de la CIA en Rumania



Sybille Fuchs

Publicado originalmente en: CIA prison exposed in Romania, World Socialist Web Site, 12/12/2011


Periodistas del Süddeutsche Zeitung y el programa de la televisión alemana "Panorama" han descubierto la localización de una de las cárceles secretas de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EEUU) en Europa. La prisión está situada en un área residencial de la capital rumana, Bucarest.

La prisión de Bucarest inició sus operaciones después de la clausura de un centro similar de torturas en Polonia en 2003. La prisión estuvo situada en un edificio de la Oficina Nacional de Registro de Información Clasificada de Rumania (ORNISS). El transporte de los prisioneros desde el aeropuerto de Bucarest a la prisión era efectuado en discretos microbuses.

Las celdas se encuentran en el sótano del edificio del ORNISS. Se montaron sobre unos resortes con el fin de desorientar a los prisioneros, que eran también sometidos a privación de sueño, la "bañera", palizas o eran obligados a adoptar posturas insoportables durante largos periodos de tiempo. Exmiembros de la CIA dijeron a los periodistas que después de la ronda inicial de "entrevistas", los prisioneros pasaban unos exámenes médicos y dentales.

Algunos presos fueron mantenidos allí temporalmente, antes de ser trasladados a otras instalaciones o a Guantánamo. El nombre en clave empleado por la CIA para referirse a la prisión secreta de Bucarest era "Bright Light" (luz brillante). El centro estaba situado en la calle Mures, número 4. Allí estuvo Abd al Rahmin al Nashiri, que está acusado de llevar a cabo el ataque contra el barco de guerra estadounidense Cole en Yemen y ahora se encuentra en Guantánamo, donde espera ser juzgado por una comisión militar.

Al Nashiri fue brutalmente torturado en 2002 y 2003. Según documentos de la CIA, fue supuestamente amenazado de muerte con una pistola y un taladro. Fue desnudado, golpeado y sometido a la "bañera". Al parecer, algunos abusos tuvieron lugar en Polonia. Es probable que fuera trasladado desde Polonia a Bucarest y luego a Guantánamo. Aparentemente, confesó bajo tortura, lo cual él mismo ha denunciado. Su caso fue objeto de una investigación de una comisión parlamentaria de la Unión Europea, que instó a EEUU a no ejecutarlo.

El supuesto coordinador de los ataques terroristas del 11-S, Jalid Sheij Mohamed, quien, según memorandos de la administración Bush, fue sometido a la "bañera" en más de 183 ocasiones, estuvo también encarcelado en la prisión rumana antes de ser trasladado a Guantánamo.

Las autoridades rumanas establecieron el ORNISS en 2002 mediante un decreto de emergencia con el fin de coordinar las operaciones secretas del estado, en particular con la OTAN. Su director tiene el estatus de secretario de gobierno e informa directamente al primer ministro. Sus empleados deben asegurarse de que la información confidencial es tratada según las normas de la OTAN y solo los responsables de cada caso tienen acceso a dicha información.

Este organismo fue creado en un momento en que Rumania estaba intentando entrar en la OTAN. Un alto cargo estadounidense de la OTAN en aquellos tiempos declaró: "Los rumanos habrían hecho cualquier cosa por nosotros". El entonces presidente rumano Ion Iliescu dijo que su país se comportaba como un miembro de facto de la OTAN. En 2004, el país entró en la alianza. En 2001, Iliescu ya había firmado un acuerdo bilateral con el gobierno de EEUU por el que se permitía al ejército y a los civiles de este país llevar a cabo operaciones encubiertas en territorio rumano.

La prisión secreta de los sótanos del edificio del ORNISS fue especialmente útil, pues sus empleados están obligados a guardar un estricto secretismo. Los parlamentarios rumanos respondieron a las revelaciones sobre las celdas de tortura alegando ignorancia y declarando que Rumania no tenía nada que ver con el asunto.

Así las cosas, los periodistas se toparon con un muro de silencio cuando el subdirector del ORNISS, Adrian Camarasan, les recibió en una sala adornada con las banderas rumana, europea y de la OTAN. Cuando uno de los periodistas le preguntó si había visto alguna vez a algún estadounidenses en sus dependencias, Camarasan respondió: "No, no, ya no puedo recordar". Según el reportaje de Panorama, un portavoz del ORNISS dijo a la agencia de noticias DPA que las informaciones eran "pura especulación".

La investigación de los periodistas fue llevada a cabo con gran cuidado. Informaron que una fuente de los servicios de inteligencia de EEUU había descrito la localización y la apariencia de la antigua prisión de Bucarest. Los periodistas realizaron sus propias pesquisas en Bucarest, localizaron y fotografiaron el complejo y luego mostraron sus pruebas a tres de sus informantes de Washington. Los tres reconocieron el complejo situado cerca de una línea de ferrocarril.

Los prisioneros que eran llevados a la cámara de tortura fueron completamente desorientados. Tenían sus ojos vendados y los oídos tapados, ignorando completamente dónde estaban. Las celdas estaban parcialmente construidas con elementos prefabricados y tenían pintada en el suelo una flecha que apuntaba hacia La Meca, una evidente burla de los torturadores hacia las creencias religiosas de sus víctimas.

La existencia de estas prisiones de tortura en Europa ("black sites") fue negada durante mucho tiempo por EEUU y los países involucrados, entre ellos Lituania, Polonia y Rumania. Después del ataque contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, se crearon estas prisiones como parte de la "guerra contra el terror" con el fin de encarcelar a los denominados "prisioneros valiosos", que fueron sometidos a "técnicas mejoradas de interrogatorio", es decir, brutales técnicas de tortura para arrancar confesiones.

Un informe del Departamento de Justicia de EEUU de 2004 incluía una lista de diez técnicas de tortura que fueron expresamente permitidas, entre ellas la "bañera" o ahogo simulado y la privación de sueño durante días, para lo que se empleaba música a gran volumen de forma ininterrumpida y brillantes luces de neón. Además, los detenidos eran encerrados durante horas en pequeños habitáculos, colgados de los brazos, mientras les golpeaban la cabeza contra la pared. A menudo no se les daba nada para comer durante días y sus celdas eran heladoras.

En 2009, el New York Times insinuó que una de las prisiones de la CIA en Bucarest se encontraba cerca del edificio del Ministerio del Interior.

El periódico suizo Sonntags Blick informó, en 2006, que se habían establecido prisiones secretas en la antigua base militar de Mihail Kogalniceanu, en el sureste de Rumania. Los servicios de inteligencia suizos habían interceptado un fax que era la primera prueba de la existencia de prisiones secretas de la CIA en Europa. Según el documento clasificado, 23 ciudadanos iraquíes y afganos fueron interrogados en la base rumana de Mihail Kogalniceanu. Centros de interrogatorios similares fueron establecidos por la CIA en Ucrania, Bulgaria, Macedonia y Kosovo.

La base militar de Mihail Kogalniceanu había sido utilizada por EEUU desde la guerra de Irak. Cuando el periódico preguntó al comandante de la base militar por la existencia de la prisión, él negó categóricamente tener conocimiento de ello. La existencia de cárceles de la CIA en Lituania y Polonia han sido algo sabido desde hace algunos años, pero no había habido ninguna confirmación de instalaciones similares en Rumania. Todo lo que se sabía era la existencia de vuelos de "entregas extraordinarias" en los que la CIA trasladaba "prisioneros valiosos" a Rumania.

Con respecto a Europa, se supone que el programa de "entregas" había sido interrumpido por Obama después de que se hiciera cargo de la Casa Blanca en 2009. Al menos, no ha habido más informaciones sobre esos vuelos. La administración Obama parece haber desplazado sus objetivos hacia los asesinatos selectivos de sus enemigos por medio de aviones no tripulados y fuerzas especiales, convirtiendo el encarcelamiento y los interrogatorios en algo innecesario.

Las organizaciones de derechos humanos y los periodistas han encontrado abundantes pruebas de torturas a prisioneros tras la conquista de Trípoli por las fuerzas rebeldes libias apoyadas por la OTAN. La complicidad de los gobiernos europeos, incluido el de Rumania, con estas violaciones de los derechos humanos ha sido descubierta por un comité especial del Parlamento Europeo en 2006. Dick Marty, investigador especial del Parlamento Europeo, declaró que al menos 100 personas habían sido trasladadas por la CIA a diferentes lugares europeos secretos, entre ellos Rumania. Los líderes rumanos han negado enérgicamente estas denuncias.

El informe del Comité Especial llegó a la conclusión de que "la CIA fue responsable de varios casos de secuestro y detención ilegal de supuestos terroristas en territorio de los estados miembros [de la UE], así como de entregas especiales, en algunos casos de ciudadanos europeos".

El informe afirma que el propósito de las "entregas especiales" era asegurarse de que "los sospechosos no comparecerían ante un tribunal de justicia". Los "supuestos terroristas fueron secuestrados en operaciones encubiertas, arrestados y entregados" por la CIA. Otros países no europeos, como Egipto, Jordania, Siria y Afganistán, también recibieron prisioneros, países que "incluso el gobierno de EEUU admite que practican la tortura en los interrogatorios".

En 2006, el presidente de EEUU George Bush reconoció que sospechosos de pertenecer a Al Qaeda fueron llevados a otros países. Sin embargo, no mencionó de qué países se trataba, argumentando que esto podía facilitar a los enemigos de EEUU tomar represalias contra estos aliados.

Uno de estos "prisioneros valiosos" fue Abu Zubeida, supuesto confidente de Osama Bin Laden, que fue objeto de malos tratos en Lituania. Ahora, Zubeida ha presentado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

En un artículo publicado en el New York Review of Books, Zubeida describió las crueles torturas a que fue sometido:


Me desperté desnudo, atado a una cama, en una habitación muy blanca. La habitación medía aproximadamente [4 por 4 metros] ... Después de algún tiempo, creo que fueron varios días pero no puedo recordarlo con exactitud, me pusieron en una silla, donde me ataron los pies y las manos durante las dos o tres semanas siguientes. En ese tiempo, me salieron ampollas en la parte inferior de las piernas debido a estar permanentemente sentado...

La celda y la habitación tenían aire acondicionado y estaban muy frías. Una música a todo volumen sonaba continuamente. Se repetía cada 15 minutos durante las 24 horas del día.

Le metían en cajas de madera, en las que apenas podía respirar y tenía que sentarse en cuclillas durante horas. Estuvo en un cuchitril. Amarrado, le tapaban la nariz con celofán y le metían agua hasta la garganta hasta que colaboraba, ha dicho un exagente de la CIA. De hecho, memorandos de la CIA dejan claro que Zubeida fue sometido a la "bañera" en 83 ocasiones.

Traducción: Javier Villate

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