La 'silenciosa transición' de Cuba a la economía de mercado libre

Sherwood Ross

Publicado originalmente en: Cuba's "silent Transition" To Free Market Economy, OpEdNews.com, 29/10/2011



Cuba está experimentando una "transición silenciosa" desde el socialismo a una economía mixta, pero EEUU no ha respondido con iniciativas diplomáticas, escribe una autoridad en asuntos latinoamericanos.

"Una serie de reformas económicas están reduciendo el tamaño de la economía estatal y abriendo espacios a un sector privado en expansión", dice Michelle Chase, profesora de historia latinoamericana en la universidad de Bloomfield, Nueva Jersey.

Las reformas se están llevando a cabo lentamente. Roberto Veiga González, un editor católico progresista de una revista publicada por la Archidiócesis de La Habana, habla de una transición gradual y "responsable", pero añade que los cubanos necesitan las reformas ahora, porque no pueden soportar por más tiempo las dificultades que tienen. Los cubanos están viviendo tiempos difíciles. Muchas familias ya están gastando el 80 por ciento de sus ingresos solo en comida.

En el número del 7 de noviembre de la revista The Nation, Chase dice que algunos miembros del gobierno quieren reformas económicas siguiendo el modelo de China y Vietnam, pero otros "quieren reformas que den prioridad a las pequeñas cooperativas de trabajadores", que son una especie de "socialismo descentralizado".

Sea como sea, Raúl Castro, que ha prometido que Cuba nunca volverá al capitalismo, parece estar haciendo precisamente eso. Hace un año, escribe Chase, aprobó despidos masivos de empleados del gobierno para reducir una burocracia excesiva y estableció nuevos espacios para la iniciativa empresarial.

Desde el pasado mes de abril, La Habana ha concedido unas 330.000 licencias y los recientes trabajadores por cuenta propia, conocidos como 'cuentapropistas', pueden contratar a cubanos que no son miembros de sus familias. "El objetivo declarado del gobierno", escribe Chase, "es tener casi a la mitad de la población trabajando en el sector privado para 2015. Para un país en el que casi el 90 por ciento de la economía estuvo en manos del estado, eso será un importante cambio de actitud".

Mientras que en 1990, las reformas liberales en Cuba fueron vistas como un "mal necesario", en la actualidad, explica Chase, "el gobierno abraza realmente la idea de un robusto sector privado", Omar Everleny, profesor del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, añade que "cuando lees las directrices y los discursos de Raúl, te das cuenta de que está decidido a cambiar las cosas ... ha tomado la decisión de no volver atrás".

Un factor clave que ralentiza las reformas de La Habana "es, sin duda, el embargo de EEUU", escribe Chase, pues tiene "un efecto tóxico y distorsionador sobre la política interna cubana". Chase explica que "el objetivo abiertamente declarado de Washington de desestabilizar y cambiar el régimen crea una sensación de crisis permanente, una mentalidad de asedio entre los dirigentes cubanos. Esto ha tenido el efecto, desde hace mucho tiempo, de limitar el debate interno y reforzar a los miembros del ala dura, que ven cualquier crítica como un preludio peligroso de la subversión".

Más aún, al bloquear el turismo norteamericano, por ejemplo, "el gobierno de EEUU está ralentizando el crecimiento del sector privado en Cuba", donde el gobierno ha abierto las puertas para que se desarrollen empresas cubanas.

Si se analizan los últimos años, señala Chase, es evidente que "una especie de transición ya ha tenido lugar en Cuba. Raúl Castro ... y su cohorte han abrazado abiertamente las reformas de mercado y han puesto en marcha medidas para promover un gran sector privado ... Además, con la Iglesia Católica ejerciendo de intermediaria, el gobierno ha liberado recientemente a la mayoría de los presos políticos ... Si ha habido alguna vez un momento para que el gobierno de EEUU reconozca reformas internas y responda con una intensificación de la diplomacia, ese momento es ahora".

Sin embargo, los estadounidenses pueden tener que esperar mucho tiempo antes de que Washington adopte la vía diplomática. La actitud de EEUU ha sido durante mucho tiempo "hagámoslo a nuestra forma (económicamente) o si no, terminaremos lamentándolo". Cuba y otros países cuyos gobernantes han intentado llevar adelante una vía económica no capitalista, han sido atacados militarmente por EEUU o algún sucedáneo y/o desestabilizados por la CIA. A veces, los líderes de esos países han sido asesinados por la CIA.

Los fundadores de EEUU establecieron una política realista en los asuntos diplomáticos. Sostuvieron que los gobiernos en el poder eran gobiernos que EEUU debía reconocer, porque necesitamos tratar con ellos, nos gusten o no. Los presidentes modernos han pisoteado este enfoque de sentido común durante años, no reconociendo a la Rusia soviética y a la China comunista. Y siguen haciendo lo mismo con Cuba. Los autores de la Constitución se horrorizarían si supieran que la CIA respaldó la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, intentó envenenar la cosecha de azúcar cubana y causar otras calamidades en el país, además de haber tratado de asesinar a Fidel Castro en, al menos, ocho ocasiones.

Con Fidel fuera del poder y su hermano más racional en el cargo, es ahora el momento de que EEUU inicie conversaciones para mejorar las relaciones con Cuba, así como para favorecer las plenas libertades y las oportunidades económicas del pueblo cubano.


Sherwood Ross es periodista y director del Anti-War News Service.

Traducción: Javier Villate

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