¿Socialdemocracia o neoliberalismo?

Cada vez que este gobierno toma una decisión de tipo económico, me desconcierta. Por decirlo suavemente. Ni con lupa he podido ver una medida que, en estos últimos tiempos, no perjudique a los sectores con rentas más bajas y que afecten sensiblemente a los que han tenido una mayor participación en las causas de esta crisis, con la excepción de las rebajas de sueldos de los políticos.

Recordemos brevemente. Rebajas de sueldos de los funcionarios, congelación de las pensiones, recortes presupuestarios en ayuda al desarrollo y en inversión pública —es decir, en servicios sociales, entre otras cosas—, una reforma laboral que, bajo la falsa idea de que estimulará el empleo, viene a responder a algunos de los proclamados intereses de los empresarios, la subida del IVA (que como todo impuesto indirecto, perjudica a las clases populares) o el trato de favor de esas "cuentas suizas" que para nosotros quisiéramos los que estamos "nominalmente" controlados. De este último escándalo se habla poco, pero vulnera un principio sagrado de la democracia: igualdad ante la ley. Y puede boicotear todo intento serio de luchar contra el fraude fiscal: el mensaje enviado por el gobierno es el siguiente: tú evade al fisco, envía dinero al extranjero para eludir controles, hazlo sin problemas (no de conciencia, que ya sabemos que no tienes; sino legales), porque el gobierno te dará una segunda oportunidad. A mí, al de la nómina, no me la da, pero a ti, el defraudador y multibillonario sí te la da.


Todas y cada una de estas medidas son, como el mismo gobierno no se ha cansado de repetírselo a Rajoy y al PP para echarle en cara su falta de coherencia, propias de la derecha. Y, desde luego, nada coherentes con las proclamaciones con sonrisa incorporada de Zapatero hasta el día de su "conversión". En algún caso, ya lo hemos puesto de manifiesto aquí mismo. Y hablo de "conversión" porque ante este evidente giro político del gobierno hacia el neoliberalismo, caben dos interpretaciones: una, han cedido a las presiones provenientes de Europa, en particular de Alemania, de la banca alemana; la otra, están convencidos de que estas medidas son necesarias. Yo siempre he creído y sostenido que se trataba de lo primero, pero resulta que el propio Zapatero me ha desmentido: ha dicho que está "convencido" de que estas medidas son necesarias. O sea, que Zapatero no es socialdemócrata, sino neoliberal. A no ser que comulguemos con ruedas de molino y nuestra fe en los jefes nos lleve demasiado lejos, no podremos aceptar que hacer una política neoliberal sea una política socialdemócrata en estos momentos. Con otras palabras, la socialdemocracia ha desaparecido. Tal vez algunos deberían pensar en renovarla o algo así.

Hace unos días le oí decir al presidente de la Junta de Extremadura, socialista, que si alguien no está de acuerdo con las medidas promovidas por el gobierno, que presente alguna alternativa. Y enfatizó que él no había oído ninguna propuesta alternativa en el parlamento. Le voy a conceder el beneficio de la duda y suponer que es una persona honesta, pero, entonces, muy despistada o con la memoria tan destrozada como la mía. Porque IU sí ha presentado una propuesta alternativa. Y ha sido una propuesta realista, factible y equilibrada, afectando a todos los ciudadanos, pero más a quienes más tienen y quienes más responsabilidades han tenido en conducirnos a esta situación. En estas páginas hemos señalado muchas de esas propuestas, para reducir el déficit público tanto del lado de la austeridad como del lado del ingreso, y además hemos sostenido que en España se necesita una reforma estructural del sector económico si se quiere afrontar con mejores recursos las nuevas e inevitables crisis y si se quiere reducir drásticamente el empleo. Con esto quiero decir que las medidas del gobierno no son inevitables, sino que son las medidas que la ortodoxia neoliberal sugiere con el fin de debilitar el estado de bienestar y la organización sindical de los trabajadores. Pero otra política es posible y, curiosamente, no solo lo defiende Izquierda Unida, sino también sectores políticos tan diferentes como el Partido Nacionalista Vasco y Obama.

Y, todavía, los impenitentes me volverán a pedir el voto al PSOE... En fin.

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