Netanyahu: "Estados Unidos es algo que puede manipularse fácilmente"

Este vídeo muestra la verdadera cara del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Y es una cara fea, inmoral, brutal, trapacera, tramposa. La sintonía de `Bibi' Netanyahu y la mujer es total y, en mi opinión, el actual primer ministro israelí es uno de los políticos más representativos del actual estado de opinión de la sociedad israelí. Ciertamente el vídeo es de hace diez años, pero el esquema se mantiene: todo vale para defender el proyecto sionista de un estado judío expansionista, nacionalista y excluyente. Es esta defectuosa moral la que domina en la sociedad israelí y lo que vuelve más difícil la búsqueda de una solución pacífica y justa a la ocupación colonial de Palestina.

Por otro lado, ofrece algunas pistas sobre la relación entre Israel y Estados Unidos. En este caso, lo que parece es lo verdadero. Es Israel quien manda. Y Estados Unidos quien obedece. Cuando algunos medios escenificaron el aparente conflicto entre Tel Aviv y Washington con motivo de algunas declaraciones sobre los asentamientos y del asunto de la Flotilla de la Libertad y creían que algo serio estaba pasando, en estas páginas sostuvimos que todo eso no era nada nuevo y que estos rifi-rafes son cuestiones menores en el marco de una alianza (dominada por Israel) sólida y muy negativa para la paz en el mundo.


El Canal 10 israelí presentó este vídeo, "The Real and Deceitful Face of Binyamin Netanyahu" (La cara real e insidiosa de Benjamín Netanyahu), que fue emitido el 9 de julio de 2010 en "Esta semana, con Miki Rosenthal".
Fue grabado en secreto en 2001 durante una visita de Netanyahu a la casa de una afligida familia del asentamiento de Ofra que acababa de perder al padre de familia, y debería ser visto por todos.

Netanyahu dice lo que realmente piensa por primera vez. Se jacta de lo fácil que es manipular a Estados Unidos y explica, orgulloso, cómo saboteó el proceso de Oslo.

El vídeo fue grabado aparentemente sin que Netanyahu lo supiera, hace nueve años, cuando el gobierno de Ariel Sharon había iniciado la reocupación de las principales ciudades de Cisjordania para aniquilar la resistencia en los primeros momentos de la segunda intifada.

En la visita a una casa del asentamiento de Ofra, en Cisjordania, para expresar sus condolencias a la familia de un hombre muerto en un tiroteo de los palestinos, hace varias imprudentes declaraciones sobre su primer periodo como primer ministro, entre 1996 y 1999.

Sentado en un sofá de la vivienda, cuenta a la familia cómo engañó al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, para que creyera que estaba intentando poner en práctica los Acuerdos de Oslo.

Los Acuerdos de Oslo, el proceso de paz entre israelíes y palestinos patrocinado por Estados Unidos, estipulaban una pequeña retirada de Cisjordania. En realidad, Netanyahu estaba afianzando la ocupación y alardea de que, con ello, destruyó el proceso de Oslo.

Menosprecia a Estados Unidos al decir que "adopta fácilmente la postura correcta" y califica como "absurdo" el elevado nivel de apoyo a Israel por parte de los norteamericanos.

En cierto momento, Netanyahu pide que apaguen la cámara para poder hablar "libremente". Pero la cámara se pone en marcha de nuevo a mitad de la conversación.

Netanyahu sugiere que, en lugar de ser una operación defensiva, la brutal represión militar del levantamiento palestino fue diseñada principalmente para aplastar a la Autoridad Palestina, dirigida por Yaser Arafat, y conseguir que se plegara más fácilmente a los dictados israelíes.



Netanyahu: ¿Entiende ahora por qué el eslogan `Judea y Samaria' es correcto? ¿Qué quiere Arafat? Quiere un gran asentamiento llamado `Tel Aviv'.

Mujer: Sí, eso es lo que dice mi nuera, que ha venido de Inglaterra: `Tel Aviv es un asentamiento más'.

Netanyahu: Ellos dicen que nuestras aguas territoriales son también suyas.

[inaudible]

Netanyahu: Lo cierto es que ellos quieren echarnos al mar, sí, pero, más allá del mar [...] Los árabes se están centrando ahora en el terrorismo y creen que conseguirán derrotarnos. Lo más importante es golpearles. No solo darles un golpe, sino tantos y tan dolorosos que el precio sea demasiado alto para aguantarlo. Ahora ese precio no es demasiado elevado. Un ataque importante contra la Autoridad Palestina. Llevarles al punto de temer que todo se derrumbe.

Mujer: Ellos no tienen miedo, se burlan de nosotros. Disparan contra nuestra colonia y se ríen de nosotros.

Netanyahu: Tener miedo de que todo se derrumbe. Eso es lo que les llevará… [hace un movimiento con la mano]

Mujer: Pero, entonces, el mundo dirá "¿Vais a conquistarlos de nuevo?".

Netanyahu: El mundo no dirá nada. El mundo dirá que nos estamos defendiendo.

Mujer: ¿No tienes miedo del mundo, Bibi?

Netanyahu: Sobre todo, hoy, con Estados Unidos, sé lo que es Estados Unidos. Es algo que puede manipularse fácilmente y llevarlos por el buen camino.

Niño: Ellos dicen que están con nosotros, pero parece…

Netanyahu: No se interpondrán en nuestro camino. No se interpondrán en nuestro camino.

Niño: Por otro lado, si hacemos algo, entonces ellos…

Netanyahu: Supongamos que dicen algo. ¡Que digan! El 80 por ciento de los norteamericanos nos apoyan. Es absurdo. Tenemos todo ese apoyo y decimos "¿qué haremos con el…". Esa administración era extremadamente propalestina. Pero no me dio miedo maniobrar. No tuve miedo de enfrentarme con Clinton. No tuve miedo de enfrentarme con la ONU. De todas formas, pagaría un precio. Preferí recibir el valor. Valor por el precio.

Niño: Pero no importa que les demos cosas, y no podemos recuperarlas. Porque no nos las devolverán.

Netanyahu: Ante todo, Oslo es un sistema, tienes razón. Y no sé lo que puede ser aceptado y lo que no.

Mujer: Tiene opiniones políticas, créeme.

Netanyahu: Tiene razón.

Mujer: Le dijo cosas parecidas a Arik Sharon, y yo le dije que esa no es la opinión de un niño. Los Acuerdos de Oslo son un desastre.

Netanyahu: Sí. Tú sabes eso y yo también. El pueblo tiene que saberlo.

Mujer: Vale. Pero he pensado que el primer ministro sí lo sabía, y que haría algo al respecto, no cosas cruciales, como entregar Hebrón…

Netanyahu: ¿Qué eran los Acuerdos de Oslo? Los Acuerdos de Oslo, que fueron firmados por el parlamento, me preguntaron antes de las elecciones: "¿Los aceptarás", y yo contesté: "sí, si hay contrapartidas y se limita la retirada". Me preguntaron: "Pero, ¿cómo piensa limitar la retirada?", y yo respondí: "Haré tal interpretación de los Acuerdos que podré detener esta galopada hacia las líneas [del armisticio] de 1967. ¿Cómo hicimos eso?".

Narrador: Los Acuerdos de Oslo establecen que Israel entregaría gradualmente los territorios a los palestinos en tres fases diferentes, a menos que los territorios en cuestión tuvieran asentamientos o sitios militares. Aquí es donde Netanyahu encontró una vía de escape.

Netanyahu: Nadie dijo lo que era un sitio militar. Los sitios militares, dije yo, eran zonas de seguridad. Por lo que a mí respecta, el valle del Jordán es un "sitio militar".

Mujer: Muy bien [risas]. Los asentamientos de Beit She'an. El valle de Beit She'an.

Netanyahu: ¿Cómo puedes decirlo? Entonces, la cuestión se redujo a quién establecía lo que era un "sitio militar definido". Recibí una carta —dirigida a mí y a Arafat simultáneamente— que decía que Israel, y solo Israel, sería quien establecería esa definición, cuáles eran las ubicaciones de esos sitios militares y su tamaño. Ahora no quieren darme esa carta, así que no acepté el Acuerdo de Hebrón. En la reunión del gobierno me levanté y dije: "yo no firmo". Solo cuando me dieron la carta, en el transcurso de la reunión, sólo entonces firmé el Acuerdo de Hebrón. Mejor dicho, lo ratifiqué, pues ya había sido firmado. ¿Por qué importa todo esto? Porque en ese momento detuve realmente los Acuerdos de Oslo.

Mujer: Y a pesar de eso, perdóname, uno de los nuestros, que sabía que era un timo y que íbamos a suicidarnos con los Acuerdos de Oslo, les da, por ejemplo, Hebrón. Nunca entendí eso.

Netanyahu: Cierto. Lo de Hebrón duele. Es el tipo de cosas que duelen. Uno de los más famosos rabinos, a quien respeto mucho, un rabino de Eretz Yisrael, me dijo: "¿Qué diría tu padre?". Fui a donde mi padre. ¿Sabes algo de la posición de mi padre?

Mujer: Sí.

Netanyahu: Mi padre es… No es exactamente una paloma pura e inocente. Mi padre escuchó la pregunta y dijo: "Dile al rabino que tu abuelo, el rabino Natan Milikowski, fue un judío inteligente. Dile que sería mejor dar el dos por ciento que dar el ciento por ciento. Y que esa es la elección ahora. Tú diste el dos por ciento y de esa forma paraste la retirada, en lugar de dar el ciento por ciento". El truco no es ir allí y romper la baraja. El truco es ir allí y pagar un precio mínimo.

Mujer: Tú puedes decir eso como primer ministro.

Netanyahu: En mi opinión, eso es lo que pasará.



Todas estas declaraciones tienen paralelismos evidentes con la actual situación. Netanyahu es de nuevo primer ministro de Israel y se encuentra con alguien en la Casa Blanca que intenta llevarle a un proceso de paz que va en contra de su agenda política. Como antes, ha hecho concesiones públicas a la administración estadounidense, sobre todo la aceptación del principio de la creación de un estado palestina, el inicio de conversaciones indirectas con los líderes palestinos de Ramalá y una moratoria en la construcción de asentamientos.

Pero también ha utilizado al poderoso grupo de presión pro-israelí de Estados Unidos para ejercer presión sobre la Casa Blanca, que parece haber suavizado sus exigencias más importantes.

La arrogante visión que Netanyahu ha exhibido sobre Estados Unidos en este vídeo confirma las sospechas de muchos observadores —incluyendo a los líderes palestinos— de que sus profesiones de buena fe no deben ser tomadas en serio.

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