Es fácil reírse de la ocupación cuando eres el opresor…
Buena parte de la sociedad israelí tiene una querencia inconfundible por la arrogancia, la prepotencia y la humillación. Lo hemos visto en el asalto contra la Flotilla de la Libertad, cuando se impide a Noam Chomsky la entrada en Cisjordania, cuando leemos los infumables panfletos periodísticos del embajador israelí en España, cuando se impide la entrada en Gaza del ministro de Cooperación alemán, o se expulsa al payaso español Iván Prado, o cuando se humilla a los palestinos de mil y una formas diferentes en los controles militares de Cisjordania, o se obliga a las mujeres palestinas a desnudarse cuando van a visitar a sus familiares a las cárceles israelíes, o cuando los soldados israelíes saquean, dejan orines, heces, pintadas y desperfectos en las viviendas habitadas por familias palestinas y que ocupan en sus incursiones en ciudades y pueblos cisjordanos, y podríamos continuar con infinidad de muestras de lo que decimos.
Ahora la anécdota viene de la mano de un vídeo publicado en YouTube, justamente titulado "Es fácil reírse de la ocupación cuando eres el opresor". En dicho vídeo se ve a seis soldados israelíes desplegarse en una calle de Hebrón y bailando al ritmo de una canción de la cantante norteamericana Kesha, en el preciso instante en que el muecín hace el llamado a la oración. No parece que los soldados estén temerosos en una de las principales ciudades palestinas y su actuación tiene un evidente significado arrogante, prepotente, humillante y ofensivo.
Mientras vemos el vídeo aparecen unos pequeños letreros que aclaran algunos aspectos. Dicen lo siguiente:
Realmente es muy fácil reírse cuando eres el opresor…
Ahora la anécdota viene de la mano de un vídeo publicado en YouTube, justamente titulado "Es fácil reírse de la ocupación cuando eres el opresor". En dicho vídeo se ve a seis soldados israelíes desplegarse en una calle de Hebrón y bailando al ritmo de una canción de la cantante norteamericana Kesha, en el preciso instante en que el muecín hace el llamado a la oración. No parece que los soldados estén temerosos en una de las principales ciudades palestinas y su actuación tiene un evidente significado arrogante, prepotente, humillante y ofensivo.
Mientras vemos el vídeo aparecen unos pequeños letreros que aclaran algunos aspectos. Dicen lo siguiente:
¿Cómo es que no hay nadie en la calle?
A los palestinos no se les permite andar por la calle Shuhada, la principal vía pública de Hebrón, que está reservada para los colonos.
Los colonos israelíes, que representan menos del 1 por ciento de la población de Hebrón, son los únicos que pueden andar por esta calle.
Realmente es muy fácil reírse cuando eres el opresor…
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