El gueto de Gaza continúa

"Israel ha permitido que un número cada vez mayor de productos alimenticios como el cilantro, mermelada, galletas y otros dulces entren a la Franja de Gaza. Aunque esto es ciertamente bienvenido, Gaza necesita sobre todo puestos de trabajo, materias primas para la reconstrucción y para la industria, y la capacidad de exportación, no solamente ayuda a corto plazo y productos de consumo como mermelada que, sin trabajo, nadie puede darse el lujo de comprarlos". Esto es lo que ha dicho el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Jeremy Hobbs.

Efectivamente, gracias a la presión internacional desatada tras la masacre de la Flotilla de la Libertad, acaecida el 31 de mayo, Israel ha decidido aliviar ligeramente el sitio sobre la Franja de Gaza. Según las autoridades israelíes, los puestos fronterizos terrestres dejarán entrar un 30 por ciento más de artículos y se facilitarán los trámites para que las personas puedan entrar y salir del gueto. Los dirigentes israelíes tienen a sus espaldas una larga historia de mentiras, engaños y trampas, así que habrá que esperar a ver qué sucede en realidad. Y lo que hasta ahora estamos viendo no presagia nada bueno. Además de dejar claro que el bloqueo naval se mantendrá, el ministro de Defensa Ehud Barak ha dicho que "solo lo prohibido no podrá ingresar. Se hará énfasis en el material de doble uso, como el cemento y el hierro, para que puedan pasar como proyectos encabezados por el Cuarteto de la ONU y otros organismos internacionales, siempre y cuando entren por el puerto de Ashdod".

Tras una declaración tan clarificadora y quedarnos convencidos de que "solo lo prohibido no podrá entrar", parece confirmado que los materiales de construcción y las materias primas seguirán "prohibidos", ya que podrían ayudar a Hamas a construir búnkers y cohetes, según los israelíes. Junto a esto, se mantiene el bloqueo naval y de las exportaciones. No parece, pues, que sea una mejora sustancial.

"La solución no pasa porque Israel permita una importación limitada de materiales de construcción por parte de la UNRWA [agencia de la ONU para los refugiados palestinos], porque apenas se notará. Para responder al crecimiento demográfico de la Franja de Gaza desde el 2008, se requieren 56.000 viviendas nuevas y esto no lo puede hacer la UNRWA", ha dicho Ziyad Al Zaza, ministro de Economía y Hacienda de Hamas. "Es cierto que ahora podremos importar crema de afeitar, mayonesa, caramelos, pimienta y otras especias o trajes de baño, pero no nos dejan traer cemento y hierro, que es lo que necesitamos para reconstruir Gaza, ni materias primas para la agricultura y la industria", añade el ministro. Hamas ha creado una lista de productos que no permitirá entrar en Gaza. Se trata de productos agrícolas que cultivan los campesinos palestinos, que ya abundan en el lugar y que solo servirían para arruinar más a los agricultores locales. Se trata de tomates, sandías, pepinos, fresas y flores. Los palestinos se quejan de que Israel permite deliberadamente la entrada de ciertos materiales a sabiendas de que luego no se podrán utilizar, como el vidrio. Los israelíes autorizan la importación de vidrio, pero no permiten la entrada de cemento y metales, así que ese vidrio resulta de escasa o nula utilidad.

El embargo de Gaza

Recientemente, Israel confiscó siete equipos de oxígeno destinados a hospitales palestinos, enviados por la Agencia Noruega para el Desarrollo. ¿Por qué? Porque, según las autoridades israelíes, los generadores anexos entraban en la categoría de artículos de "doble uso", es decir, materiales que podrían ser utilizados por Hamas con fines militares. Aunque solo un generador estaba destinado a un hospital del sur de Gaza, los israelíes confiscaron los siete. Vamos entendiendo, pues, el alcance que tiene la prohibición de importación de materiales de "doble uso".

Mahmud Daher, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que su organización ha pedido a Israel permiso para la importación de equipamientos médicos que necesitan, como filtros para el agua, recambios para incubadoras, material esterilizado, equipamientos dentales, etc. "Hace nueve meses pedimos a Israel permiso para la importación, pero hasta el día de hoy no lo ha autorizado", dice. Durante los últimos meses y hasta hace 20 días, no ha habido en Gaza instrumentos para analizar la sangre de los donantes, lo que ha implicado que las transfusiones se hayan realizado con un alto riesgo. De la cesta de 480 medicinas que la OMS considera básicas, faltan 154 en la Franja. Israel no permite su importación. Y los productos que sí están autorizados llegan con cuentagotas. Es el caso del papel, que ha faltado en los hospitales durante ocho meses. Pero lo peor, probablemente, es que muchos gazatíes han muerto esperando permisos que no llegaron para poder salir del gueto y ser atendidos médicamente en el extranjero.

Gaza bombardeada por el ejército de Israel.

El pasado 2 de julio, el gobierno israelí anunció el cierre de todos los cruces fronterizos con Gaza durante 48 horas. El paso de Karni, concebido para el transporte de mercancías en grandes volúmenes y el mayor hasta 2007, continuará abierto a partir de hoy dos días a la semana. En los últimos días, Tel Aviv ha permitido la entrada del material humanitario incautado a la Flotilla de la Libertad, pero ha mantenido las restricciones a los combustibles y otros bienes.

La Autoridad Palestina de la Energía ha afirmado que la Franja de Gaza vive en la oscuridad total, debido al agotamiento del combustible diésel industrial utilizado para la planta de la energía eléctrica del territorio. La planta se ha visto obligada a cerrar los generadores, lo que privará de electricidad a los gazatíes durante al menos 16 horas al día. Estos cortes de electricidad afectan incluso a los hospitales, que se abastecen con generadores propios. Pero estos también necesitan combustible y este, a veces, también escasea. Todos estos materiales y muchos más entran de contrabando desde Egipto por los túneles que Israel bombardea rutinariamente, con la excusa de que sirven para introducir armas en el territorio controlado por Hamas.

Tres cuartas partes de las viviendas, los edificios y las infraestructuras que fueron dañadas por los bombardeos del ejército israelí durante la matanza de la Operación Plomo Fundido, de diciembre y enero de 2008-2009, siguen sin reparar, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. La mayoría de los centros de salud necesitan reparaciones, así como el 78 por ciento de las instalaciones hídricas y sanitarias. Solo se han podido reparar la mitad de los daños causados a la red eléctrica y una ínfima parte de las infraestructuras de transportes. En estas condiciones no puede extrañar que más del 75 por ciento de los 1,5 millones de gazatíes dependa de la ayuda humanitaria para su alimentación, según la ONU. La Operación Plomo Fundido dejó inutilizado el 46 por ciento de la tierra cultivable del territorio, según la Unión Europea. El desempleo afecta al 42 por ciento de la población.
Con todo esto, no es extraño que el Centro Palestino de Derechos Humanos haya declarado que "nada ha cambiado realmente" y que las pequeñas variaciones en el bloqueo son "vagas y cosméticas". La decisión de "aliviar" el bloqueo, tomada conjuntamente por el gobierno israelí, Washington, Tony Blair como representante del Cuarteto y otros jefes de gobierno, es una burla criminal para los habitantes del gueto palestino.

Nuevas iniciativas solidarias se están preparando por todo el mundo. El gobierno iraní y el libanés han anunciado el envío de sendas flotillas con ayuda humanitaria, aunque Ahmadineyad ha decidido posponer la operación. Turquía también está dando cobijo a un nuevo envío humanitario. Judíos Europeos por una Paz Justa también están organizando su flotilla. Un grupo de judíos alemanes están haciendo lo mismo. Y los tripulantes españoles de la Flotilla de la Libertad se han puesto manos a la obra para volver a demostrar la solidaridad con el pueblo palestino.

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