El gobierno espía a ciudadanos solidarios

Como uno está ya de vuelta de muchas cosas, producto, supongo, de los años que he ido dejando atrás, ni siquiera me sorprende que el gobierno socialdemócrata español espíe a la gente solidaria de este país. "Una denuncia del PP valenciano por presunto espionaje destapa el control del Grupo IV de la Brigada Provincial de Información a la presentación de un documental de músicos catalanes y valencianos en Palestina". Así lo he podido leer en un artículo de Diagonal.

¿No tiene otra cosa qué hacer la policía española que espiar a los asistentes a la proyección de un documental de músicos españoles solidarios con el pueblo palestino? Según la policía, la finalidad no era otra que la de detectar "elementos antagonistas radicales que pudieran alterar u obstaculizar el normal desarrollo del acto, así como la posible presencia de miembros del movimiento 'anarco-okupa'" relacionados con ataques a cajeros bancarios el 20 de mayo. La Delegación del Gobierno (esa institución que ya debería estar extinguida) habló de "operativo antiterrorista" relacionado con el islamismo radical (vaya, yo también estaré siendo espiado como sospechoso). Vamos a ver, ¿quién miente? ¿La policía o el delegado del gobierno? Porque sus versiones son completamente distintas…

Lo pone realmente difícil este gobierno para que quienes buscamos la paz, la convivencia entre naciones, la justicia económica, la solidaridad y la lucha contra toda forma de opresión nos identifiquemos mínimamente con él.


¿Qué hizo el gobierno de Zapatero cuando Israel atacó a tres ciudadanos españoles en aguas internacionales, los secuestró (ilegalmente, evidentemente) y les robó sus pertenencias? Absolutamente nada. Los tres españoles se han quejado amargamente del trato recibido por parte de su gobierno, la "desatención y despreocupación" que han padecido. Realmente triste en un gobierno que tanto aprecia sacarse fotos con campeones del mundo. Porque estos tres españoles son campeones del mundo en… solidaridad.

En lugar de eso, callan ante la retahíla de mentiras y palabras altisonantes y ofensivas del embajador israelí en España, que parece más un funcionario de Stalin con su estúpida jerga maniquea. Ni siquiera le han pedido explicaciones por abusar de nuestra hospitalidad para hacer apología de la violencia sionista. Como tampoco se han molestado en pedir explicaciones por la detención en el aeropuerto de Tel Aviv de Julio Rodríguez Bueno, presidente de la ONG Paz Ahora, que iba a recoger a un grupo de niños palestinos de la Franja de Gaza, invitados a pasar sus vacaciones veraniegas en España en el marco del programa "Vacaciones por la Paz". Por supuesto, fue interrogado y le debieron de preguntar que a ver qué es eso de "paz" y "solidaridad", que eso es sospechoso, como también lo es para La Moncloa. A Rodríguez Bueno le confiscaron lo que llevaba en las maletas porque, a juicio de sus interrogadores israelíes, podía servir para cometer atentados terroristas. ¿Paranoicos o, sencillamente, arrogantes caraduras? Durante las horas que estuvo detenido, no le permitieron contactar con su abogado ni con el Consulado español. Eso son derechos democráticos que en Israel es lo mismo que decir tonterías, bobadas que nos las pasamos por el arco del triunfo.

Lo que sí ha hecho el gobierno de Zapatero es firmar un acuerdo de información clasificada con Israel. Bueno, en realidad, ha actualizado el acuerdo existente, que sirve para que ambos gobiernos intercambien "datos reservados". ¿No será que el espionaje a los asistentes del documental vendría dictado por Tel Aviv, vía embajador israelí, de cuyo nombre no quiero acordarme? Cosas más raras se han visto. Y lo que también ha hecho es enviar a su ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, a Israel para reunirse en secreto con su homólogo israelí, el ultraderechista Ariel Atias. ¿De qué hablaron? ¿De qué tiene que hablar, en secreto, dos ministros de vivienda? ¿Tal vez de cómo derriba el ejército israelí las casas de los palestinos en Jerusalén Este? ¿De cómo un gobierno sionista tras otro utiliza la política de vivienda para llevar adelante una limpieza étnica de "baja intensidad" y de gran continuidad? ¿De cómo se traduce en la planificación urbana la segregación y el apartheid?

Nunca podré olvidar aquellas declaraciones de Rodríguez Zapatero, en un programa de televisión, en las que aseguraba que en la operación Plomo Fundido, en la que el ejército hebreo mató a 1.400 palestinos en la Franja de Gaza en el invierno de 2008-2009, no se había utilizado armamento español. "Eso son los datos", añadió literalmente (y si no, que me lleven ante los tribunales). ¿Cómo podía saber Zapatero que las armas que España vende a Israel no son empleadas en matar palestinos? ¿Acaso son armas para que los militares se hagan la manicura?

¿Por qué el gobierno de Zapatero se comunica mejor con los criminales del gobierno de Israel que con sus ciudadanos solidarios?

Uno se cansa de tanta corrupción de ideales, de tanta falta de honestidad, de tanta mentira, de tanta inmoralidad… y se cansa más aún cuando procede de quienes se autocalifican como socialdemócratas. ¡Hay que tener caradura!

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