Cómo se muere en Gaza (1ª parte)

Una ONG israelí, Gisha, exigió al gobierno israelí que entregara documentación confidencial sobre el bloqueo de Gaza. El asunto llegó a la Corte Suprema, y esta ha dictaminado que el gobierno debe, efectivamente, entregar dicha documentación.

Como todo el mundo sabe, la versión oficial del bloqueo israelí de la Franja de Gaza es que, con ello, trata Tel Aviv de impedir la entrada de armas en el enclave costero palestino. Falso. Mentira. Una más. Según el documento confidencial, "[U]n país tiene derecho a decidir no mantener relaciones económicas o dar ayuda económica a otra parte con la que está en conflicto, o utilizar una guerra económica". Es decir, el gobierno afirma que no son "razones de seguridad", ese omnipresente y omnivalente recurso que todo lo explica y todo lo justifica, lo que, en este caso, motiva el bloqueo de Gaza, sino castigar colectivamente a la población de Gaza para que retire su apoyo a Hamas. Algo que no logrará con esos medios, como deberían tener claro los dirigentes israelíes.

Hace pocos días, uno de esos intelectuales de "izquierda" que acostumbran a defender a Israel y a justificar sus actuaciones más infames (en este caso, Bernard-Henri Lévy) decía en El País que "el bloqueo solo atañe a las armas". Esta evidente falsedad merece un serio comentario. A un israelí ordinario se le puede suponer una fatal desinformación, ya que, como han señalado muchos periodistas, estos días el gobierno de Tel Aviv ha lanzado una feroz ofensiva mediática para engañar a sus ciudadanos sobre los hechos de la Flotilla de la Libertad. Pero a Lévy no se le puede presuponer desinformación. Sobre todo, cuando él mismo da lecciones en ese artículo, sobre cuál debe ser el proceder de los críticos de Israel: "(...) tampoco se puede aceptar, no obstante, el raudal de hipocresía, mala fe y, por si fuera poco, desinformación...". Pues bien, siguiendo su consejo, no me queda más remedio que suponer hipocresía y mala fe cuando niega hechos comprobados y ratificados hasta la saciedad. Puesto que Lévy salpica su artículo con iracundos insultos para quienes opinan que Israel es un campeón de la violación de los derechos humanos y para los valerosos activistas solidarios que viajaban en la flotilla humanitaria, pasaré a otro punto. Raquel Martí, directora ejecutiva del Comité Español de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, ya le contestó como se debe: con la verdad.

Ya que "Israel solo bloquea la entrada de armas" (Lévy dixit) y "en Gaza nadie muere de hambre" (Lévy dixit), el gobierno de Netanyahu ha decidido "suavizar" --como dice la prensa "seria"-- el bloqueo y permitir la entrada de dulces, refrescos, bolsas de patatas fritas, algunas frutas y verduras, mermeladas y zumos por primera vez en tres años. Lévy, el mentiroso, debería cuidar sus afirmaciones aplicándose a sí mismo la receta que nos recomienda a los demás sobre prudencia, análisis de los hechos..., o sea, tal como él lo resume, "la más elemental honestidad". Según Gisha, en coordinación con Naciones Unidas, Israel permite la entrada tan solo del 25 por ciento de los artículos que permitía antes de que Hamas se hiciera con el poder. Antes de iniciar el bloqueo, Israel permitía la entrada de 10.400 camiones con ayuda humanitaria cada mes; ahora tan solo pasan unos 2.500. A medida que pasa todo esto, a Lévy se le agranda la nariz. ¿Cómo vamos a creerle cuando dice que somos "tontos útiles" que hemos caído en la trampa de unos "extraños" activistas humanitarios, "adeptos de la Yihad", "fanáticos del apocalipsis antiisraelí y antijudío", etc., etc.?

Por último, dice Lévy, alias Pinocho, que "en Gaza nadie muere de hambre". No, se mueren porque Israel no les permite salir a pesar de necesitar urgentemente atención médica. Así se muere en Gaza. También se muere gracias a los bombardeos y a los disparos del ejército. Se muere como en el Mavi Marmara. O se mueren a centenares, a miles, como en la Operación Plomo Fundido del invierno de 2008-2009. Además de prudencia y objetividad, querido Lévy, hay que tener también memoria. 1.400 muertos, la mayoría civiles. Así se muere en Gaza. Se muere por la crueldad y el asedio del ejército israelí, apoyado por la mayoría de la población israelí.

Una última muestra de cómo se muere en (por) Gaza:


Este vídeo muestra cómo un soldado israelí golpea y patea a un tripulante del Mavi Marmara en el suelo, y luego le dispara cuatro veces a quemarropa. Si así se muere por Gaza, ¿cómo se morirá en Gaza, Lévy?

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