Las maravillas de la memoria

Entre el Bono y su sor Maravillas y el Zapatero y su deseo de que nos olvidemos del franquismo, este PSOE se me antoja algo realmente surrealista y chapucero. Al primero le voy a aplicar la medicina de Zapatero: me olvido. Zas. Olvidado. Bueno, antes quiero recordar, para quienes gusten de cultivar la memoria, algunas otras lindezas de Bono: cuando unos ex presos del franquismo exhibieron la bandera republicana en el Congreso, el muy osado dijo que la tricolor era "ilegal" y, por tanto, ordenó su retirada. Y digo yo: ¿cree Bono que todo lo que no está prohibido es legal o, más bien, que todo lo que no está autorizado es ilegal? Ojo, que la cosa tiene su enjundia, porque divide las aguas entre la vertiente tolerante y la vertiente autoritaria. Ahora, con motivo de su entusiasmo por sor Maravillas, nos deleitó con eso de que "los de los partidos propios son unos hijos de puta". Seguro que su adorada no era tan lenguaraz. Porque no es la primera vez que este socialista (?) se va de la lengua: ¿nos olvidaremos también de que llamó a Tony Blair "gilipollas"?

En fin, que este tipo esté al frente de la principal institución democrática del país es algo que uno no puede tragar tan fácilmente. O sea, pido encarecidamente que le trasladen a una celda monacal, sin micrófonos y con una placa de su santa más querida.

¡Y qué decir de nuestro presidente ZP! Dice que es sano olvidarse del franquismo. Toma ya. Todas las personas sensatas diciendo, desde hace lustros, que quien olvida la historia está condenado a repetirla, y viene este y nos dice que borremos los horrores del franquismo de nuestra memoria colectiva. ¡Caramba con el talante! Se da la circunstancia de que un buen amigo mío está empeñado en que Santa Cruz de Tenerife se dignifique modificando los nombres de las calles —bastante numerosas al parecer— dedicadas a generalotes fascistas como el mismísimo Franco, Queipo de Llano, Mola y demás. Supongo que le habrá sentado a cuerno quemado que ZP haya considerado preferible no hacer causa de asuntos como este de las calles que honran a criminales como estos.

Bien. Que Zapatero diga lo que le dé la gana. A fin de cuentas, supongo que el franquismo no desaparecerá de los libros de texto, ni de las memorias de quienes luchamos contra él (los que somos un poco más viejitos que ZP), ni de los grupos que están trabajando para que la justicia y la memoria sienten las bases de una sociedad más honesta y más consecuente con los ideales de la libertad y la paz.

Yo voto por cultivar esa memoria y por olvidarnos de lo que dicen tipos como Bono y Zapatero.

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