Bajo presión, Hamas opta por la reconciliación

El líder del movimiento palestino Hamas, Ismail Haniya, habla a la prensa en la Franja de Gaza el 19 de septiembre de 2017
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El líder del movimiento palestino Hamas, Ismail Haniya, habla a la prensa en la Franja de Gaza el 19 de septiembre de 2017
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Aislado, confrontado a una grave crisis humanitaria y a un menor apoyo de Catar, el movimiento palestino Hamas, en el poder en Gaza, intenta acercarse a antiguos aliados suyos y viejos enemigos.

Así, la formación islamista anunció esta semana que cederá a las demandas del Fatah de Mahmud Abas, su rival político en la Cisjordania ocupada, en aras de una reconciliación palestina.

Reconocida por la comunidad internacional, la Autoridad Palestina del presidente Abas está en lucha abierta con Hamas desde que el movimiento la expulsara de la Franja de Gaza, lo que casi causó una guerra civil en 2007.

Desde entonces, todos los intentos de reconciliación han fracasado.

Hamas también trata de reconstruir sus relaciones con Irán y Egipto, que acabaron mal por diversas razones.

Considerado un grupo “terrorista” por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, el movimiento palestino se enfrenta a una grave crisis humanitaria en la Franja de Gaza, donde gobierna.

En el enclave palestino, devastado por tres guerras con Israel desde 2008, hay escasez de electricidad y agua potable, y su tasa es una de las más altas del mundo.

Además, está sometido a un bloqueo por parte de Israel desde hace una década, mientras que Egipto ha mantenido cerrado, prácticamente todo el tiempo, su punto de paso con Gaza estos últimos años.

Y Catar, uno de los principales apoyos financieros de Hamas, disminuyó recientemente su ayuda, según los analistas, congelando algunos proyectos.

Por su parte, la Autoridad Palestina también hizo aumentar la presión sobre ese territorio, reduciendo los pagos del suministro de electricidad y los sueldos de los funcionarios de Gaza.

Miles de gazatíes se manifestaron en enero, cansados de los cortes de luz, complicando todavía más la situación de Hamas.

Reabrir la frontera

El movimiento islamista quiere que se reabra la frontera con Egipto para aliviar el asfixiante bloqueo en su territorio, para lo cual ha tenido que comprometerse para obrar a favor de una reconciliación palestina defendida por El Cairo.

Las relaciones entre El Cairo y Hamas se tensaron bruscamente en 2013 después de que el ejército derrocara al presidente Mohamed Mursi, líder de los Hermanos Musulmanes, de donde salió Hamas.

“La historia de la reconciliación es un teatro destinado a un público mayoritariamente egipcio”, declaró a la AFP Grant Rumley, investigador del gabinete estadounidense Foundation for Defense of Democraties.

Sin embargo, Rumley duda de que las medidas anunciadas por Hamas se traduzcan en cambios concretos.

Apoyo iraní

Los nuevos dirigentes de Hamas también acercaron posiciones con Irán, antiguo aliado y archienemigo de Israel, enviando a Teherán a responsables en una visita secreta, indicaron miembros del movimiento islamista y analistas.

Durante años, Teherán fue el principal mentor de Hamas, hasta que éste tomó distancias con el régimen sirio de Bashar Al Asad al comienzo de la guerra en Siria, en 2011, mientras que Irán es uno de los principales aliados del gobierno de Al Asad.

Según una fuente de Hamas, el apoyo financiero iraní asciende a 15 millones de dólares (12 millones de euros) mensuales.

El mes pasado, el dirigente de Hamas Yahya Sinuar declaró que Irán era de nuevo el “principal proveedor” de “armas, finanzas y entrenamientos” del brazo armado de Hamas en Gaza.

Un acercamiento que también beneficiaría a Teherán, pues comportaría que “Hamas es un frente avanzado […] en la frontera con Israel”, consideró el politólogo gazatí Ahmed Al Wadia.

Publicado originalmente en www.swissinfo.ch

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