La islamofobia como síntoma

Jaume Asens, teniente de alcalde de derechos de la ciudadanía, transparencia y participación de Barcelona

Una islamofobia rampante, cada vez más institucionalizada y naturalizada, galvaniza el viejo continente europeo. Su expansión se ha convertido en uno de los mayores peligros que encharca la convivencia y la cohesión social de nuestras ciudades. La conmemoración del Día contra la islamofobia exige, por ello, un balance. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? En tiempos de crisis, las políticas de la austeridad suelen alimentar el miedo, la xenofobia y el racismo. Con ingredientes como el prejuicio y la ignorancia, los mismos que recortan derechos envenenan el debate público. Colocan los focos sobre los más vulnerables, los recién llegados o los diferentes. En medio del empobrecimiento de buena parte de la sociedad, la intención es clara. Se quiere apuntar hacia abajo a la hora de señalar responsabilidades, en vez de hacerlo hacia arriba.

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