El ascenso de la extrema derecha en Europa

Un excelente artículo de Josep Ramoneda, por su claridad y capacidad de análisis, desmontando confusiones y caracterizando debidamente tendencias bien visibles en las sociedades occidentales. Distingue acertadamente extrema derecha de fascismo; no son lo mismo, aunque se parecen. Deja claro que ambas tienen sus puntos de contacto con la derecha conservadora y neoliberal. Y nos pone delante del espejo de la derechización que viene experimentando Europa desde hace décadas.
 
Termina con otra acertada valoración de la derechización de la sociedad española. A pesar de haber disfrutado de una mayoría parlamentaria absoluta, el Partido Podrido (PP) no ha sido capaz de sacar adelante sus tres proyectos estrella: la ley del aborto, la LOMCE y la ley mordaza. O sea, derechización, sí, pero no tanto. JV
 


1.- La extrema derecha no es el fascismo, aunque en algunas cosas se le parezca. Podríamos decir al modo de Emmanuel Terray que la extrema derecha “se mueve en el espacio intermedio que separa a la derecha clásica del fascismo”. Si en la derecha hay siempre una pulsión a favor del orden establecido, no es el caso del fascismo que pretende la construcción de un Estado nuevo, que alienta a las masas contra las élites, que cree en la violencia y en la guerra como estado superior de la realización humana y que hace del vínculo directo entre el líder y las masas la forma suprema de la política. No hace falta recordar que para Carl Schmitt el estado nazi y el estado bolchevique tenían una cosa común: era las dos formas de estado modernas.

Esto no significa que no haya espacios de proximidad entre la extrema derecha y el fascismo. Buena parte del programa –sobre todo por lo que hace a la exaltación nacional, la defensa de una identidad excluyente conceptualmente cercana a la idea de raza y a la identificación pueblo patria- es compartida.

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